CUPIDO

Se cubrió la noche con su manto oscuro

solo luces tenues puede divisar

el silencio es dueño, dueño de las sombras

de mi se apodera, no me deja andar…

caigo de rodillas, mi cuerpo cansado,

no responde ya…

y de el se apoderan el frío y el sueño

naufrago en el lecho de mi soledad…

Partí con el día…mi rumbo es incierto

no tengo un destino, nada que esperar

no busco un camino, hago mi camino

tan solo camino,

a donde mis piernas me quieran llevar

y se hace costumbre al pasar los días

todo es cielo y tierra, tierra, cielo y mar

si nunca he querido tener otra cosa

que la fortaleza de poder andar

que Dios nos da vida pero no sabemos

cuanta vida el nos puede dar

por eso el camino a veces es muy largo

y otras veces muere antes de empezar…

Cupido

No fue el momento

ni tu imaginación

fue tan real y lo creíste un sueño

se cayó en pedazos el suelo que pisabas

se quedo en penumbras el cielo que mirabas

pero ahí estabas

sosteniendo tu cuerpo en un soplo de vida

al borde del abismo que creaste con la mente

pero tu corazón aún sano

hizo un ultimo esfuerzo y me tomo las manos

que le ofrecí pensando detener tu caída

y me sonrió y quizás, esa fue la señal

de que el ultimo aliento te devolvió la vida

y sentiste tus brazos, convertidos en alas

y te fuiste volando, sin perder la mirada

hacia el rincón mas lejano de mi mente…

Cupido

Andando mi camino. subido a mi destino

un día como hoy se me ocurre volver ,

todo esta tan cambiado y veo con tristeza

que todo es diferente, ya no es la misma gente que he conocido ayer...

Amigos que no encuentro, perdidos para siempre...que aun viven en mi mente y siempre están presente dentro de mi corazón...y así caigo en la cuenta...que el tiempo no perdona...pasa sin detenerse y sin volver atrás..y yo solo deseo y tengo la esperanza tan solo de que un día, los vuelva a encontrar...

Cupido

Esto pertenece a una gran amiga mia que me ha permitido compartitlo con ustedes...espero que les guste...

... HE VUELTO EN BUSCA DE LA NIÑA QUE PERDI... de la niña que estuvo en mi y que luego abandone .... la deje atras ... en mi pasado , cubierta con el polvo que jamas conquiste , se que la encontrare debajo del sauce lloron de mi infancia cuando yo era el ... cuando todo lo que me rodeaba era cielo . cuando los pajaros eran mis hernamos y cantabamos juntos , cuando conversaba con los duendes verdecinos , con las piedras azules de las estrellas cayendo en trozos sobre el agua pura , cuando dios estaba sentado en el jardin de mi corazon , hoy vengo a destapar mis oidos de mujer para escuchar de nuevo el magico idioma de la niña que fui ; quiero sentir otra vez el coloquio musical de las hojas en el viento , se que la ENCONTRARE CERCA DEL HORNO FAMILIAR DONDE MI PADRE ELABORABA EL PAN , se que la encontrare porque ella esta en mi le llevo mi perdon y mis zandalias de penitente se que esta niña me perdonara ... que niño no perdona !!! que goce entra en mi alma , que ganas de llorar tengo , es que me estoy acercando a ella , la tarde de otoño ha hecho crecer el sauce lloron , alli esta ella ... la niña que fui , me esta esperando con los brazos abiertos y los ojos lagrimosos , nos abrazamos y un monton de campanas nos llevan a un mundo de extasis ternuras y villancicos , ya nunca nos separaremos ... LLEVARE POR SIEMPRE A LA NIÑA QUE FUI ... EN LA MUJER QUE SOY.

AUTORA : Mirta Juncos ( Cordoba ) Argentina .

Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.

Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.

Desconozco el autor...

Yo la amé, y era de otro, que también la quería.

Perdónala Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,

nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo

mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...

Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala Señor, tú que le diste a ella

su frescura de lluvia y esplendor de estrella.

Su alma era transparente como un vaso vacío.

Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fuera

turbadora y fragante como la primavera?

¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío

sobre la yerba seca y ávida del estío?

Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,

como un surco que intenta rechazar la simiente.

Era de otro. Era de otro, que no la merecía,

y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor. Pero hay cosas sin dueño:

Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Y ella me dio su amor como se da una rosa,

como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:

ella no fue culpable, Señor... ¡ni yo tampoco!

La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella

y me diste los ojos para mirarla a ella.

Toda la culpa es tuya, pues me hiciste cobarde 1

para matar un sueño porque llegaba tarde. 1

Sí. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar 2

y si es culpable un río cuando corre hacia el mar.

Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,

que sería un pecado mayor si no la amara. 3

Y, por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,

que tú que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,

tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,

¡tú también la amarías, si pudieras ser hombre!

AUTOR - José Ángel Buesa

Se me quebró algo dentro de mí, se me rompió algo dentro de mí, algo dentro de mí se daño, algo dentro de mí se estrello.

Algo en mi se rompió.

Sentí caer, sentí llorar, sentí angustia, sentí dolor, sentí miedo, sentí ahogo, sentí tanto, demostré nada.

Seco como un árbol viejo me quede, seco como el aire frio del otoño, seco como el manantial donde el agua que no corrió se estanco, se apesto hasta secar.

Algo en mi se rompió.

Pude saber que fue.

Pude descubrir que se quebró.

Pude sentir que fue lo que paso.

No lo quise asimilar, no lo quise entender, no quise saber más, pensé solo es pasajero, solo es momento, solo es hoy.

Pero creció y dolió cada día mas, dolió más y más.

Algo en mi se rompió.

Cuando pude ver lo que paso, simplemente no quise aceptarlo.

Negué y caí en la frustración por el dolor.

El daño que consiente e inconsciente mente me hice no lo puedo parar, no lo puedo remediar.

Pero si lo puedo sanar.

Si lo pude sacar.

Algo en mi se rompió.

Lo que más me dolió es saber que lo que se rompió fue del corazón.

Simplemente se me rompió el amor.

Se me rompieron todos mis sentimientos buenos.

Algo en mi se rompió.

Algo en mi tengo que sanar...

AUTOR - Ernesto Castañeda

Bueno sin querer encontré esta forma, compartida por usuario "Anonimo" y que yo comparto con ustedes...

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Espero les funcione, a mi me fucionó...

Porque será, que cuando te acostumbras a algo, vienen y te lo cambian...la verdad me gustaba mas como estaba antes...

Lo que no puedo encontrar lo que antes figuraba como "Actividad de mis amigos "

Porque será, que cuando te acostumbras a algo, vienen y te lo cambian...la verdad me gustaba mas como estaba antes...

Golondrina mañanera que surcas los siete mares

Tocando el azul del cielo y enamorada del aire

Tu que puedes y eres libre y sin que nadie te alcance

Vuela veloz y contenta y dile a dios nuestro padre

Que estoy afligida y triste en este mundo de infames

Que mi vida veo pasar, sin nadie que a mi me ame

Quiero ver la luz del sol cada día al levantarme

Un cielo lleno de estrellas cada noche al acostarme

Una caricia en mi pelo un beso de amor de madre

Que extraño tanto su abrazo su sonrisa sus andares

Golondrina ve y dile, muy dulcemente a mi madre

Que la extraño que la añoro, que sin ella no soy nadie

Que mas allá de la vida donde sólo habitan ángeles

un día estaremos juntas sin que nos separe nadie

Volveré a sentirme niña, junto al calor de mi madre

Pues partir es ley de vida, de eso no se escapa nadie

Y mas allá de la vida espero encontrarte madre.

Autora: Josephine Ruiz

Una varita mágica yo quisiera,

para abrir mi corazón sin temor,

para ayudar con todas mis fuerzas,

y abrir una sonrisa y una ilusión.

Una varita mágica yo quisiera,

para detener el tiempo en la pasión,

para actuar sin equivocaciones,

y rellenar de alegría cualquier temor.

Una varita mágica yo quisiera,

para creer que existe la fe y el amor,

para entender todo aquello imposible,

y aprender cada día nueva lección.

Una varita mágica yo quisiera,

para hacer de mi vida toda acción,

para dibujar rayos de esperanza,

y para poder tener siempre decisión.

Una varita mágica yo quisiera,

para ver y no imaginar la devoción,

para encender luz allí donde no se vea,

y apagar toda tristeza que lleve al dolor.

Una varita mágica yo quisiera,

para hacer el día a día un estado mejor,

para aliviar la desdicha y la quimera,

y acceder al ánimo y no al rencor.

Una varita mágica yo quisiera,

que evitara palabras de desilusión,

que mirara al cielo y las estrellas,

y llenara al alma de pura impresión.

Autora: Rosa Mª Villalta Ballester

No decía palabras,

acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,

porque ignoraba que el deseo es una pregunta

cuya respuesta no existe,

una hoja cuya rama no existe,...

un mundo cuyo cielo no existe.

Un roce al paso,

una mirada fugaz entre las sombras,

bastan para que el cuerpo se abra en dos,

ávido de recibir en sí mismo

otro cuerpo que sueñe;

mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;

iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,

porque el deseo es pregunta cuya respuesta

nadie sabe....

NAMASTE...

Si así es el deseo...

Cupido