se adelantaran las elecciones presidenciales??

El último rumor en Buenos Aires es que Kirchner adelantaría las elecciones, para alguna fecha entre marzo y mayo próximos, con la intención de ‘madrugar’ a todo el mundo y apuntarse la reelección. El chimento no deja de ser interesante, no por lo que anuncia sino por lo que esconde

1. Es indudable que, a partir de Misiones, el oficialismo ha perdido la brújula en lo que tiene que ver con las elecciones provinciales. Por de pronto, se puso a bajar candidatos a puro dedo. Por otro lado, la mayor parte de ellas ha sido adelantada. Solamente en pocos casos el kirchnerismo ha logrado armar una fórmula ganadora; en algunos podría incluso producirse una ruptura en el bloque oficial, por ejemplo en Tucumán. Si el gobierno espera a octubre para pelear la reelección, corre el riesgo de atravesar un sinnúmero de peligros en el camino y varias derrotas.

Una muestra de la desorientación oficial (y del afán de desorientar a los demás) es el empujón que le ha dado a Scioli para la provincia de Buenos Aires, cuarenta y ocho horas después de que el motonauta anunciara oblicuamente su candidatura a la Capital con un artículo sobre la Ciudad en Ambito Financiero. Para colmo de politiquerías, apenas diez días antes de esta ‘operación Scioli’, el gobierno se encontraba entreteniendo al mundillo político con la posibilidad de que Cristina Kirchner fuera la candidata a la presidencia. Si a todo esto agregamos la eyección de D’Elía de los despachos oficiales, el despido del embajador de Venezuela y el alineamiento con el ‘lobby’ sionista para fabricar un resultado en el caso Amia; tendríamos que concluir que las volteretas gubernamentales y un adelantamiento electoral responderían a una crisis de alianzas internas suscitada por un cambio de frente internacional que está plagado de contradicciones.

2. El gobierno necesita aprovechar los datos del ‘crecimiento chino’ de Argentina antes de que se lo coma un dragón que incluso podría venir de China. De todos modos, la nueva crisis con el precio de la carne amenaza aguar las fiestas oficiales y mucho más las hogareñas; algunos organismos de consumidores hablan de tasas del 35% de aumento en los precios de los alimentos. El incremento de la demanda mundial de soja y de maíz disparará aún más las cotizaciones de ambos y su repercusión en el costo de la alimentación animal, o sea la carne, el pollo y hasta los lácteos. Para contener, aunque sea en parte, la carestía, el gobierno tendría que tener una capacidad de arbitraje que va bajando en lugar de aumentar.

Por el lado internacional, la caída del dólar en los últimos días estaría ya indicando una tendencia definida, pues ella responde a un retroceso del financiamiento internacional del déficit fiscal y comercial de los Estados Unidos, y a una salida de capitales determinada por el derrumbe del mercado inmobiliario. En el caso de que estas condiciones fuercen una revaluación de la moneda china, el rol de China en el mercado mundial podría alterarse de un día para el otro. Como China es acreedor en dólares y deudor en moneda local, una revaluación de su moneda frente al dólar significaría una devaluación de sus créditos y una revalorización de sus deudas. China ya ha anunciado que diversificará sus inversiones en dólares hacia otras monedas o metales preciosos.

3. El factor que más inquieta al gobierno, sin embargo, es la movilización popular. La huelga petrolera fue un duro golpe para el kirchnerismo; al final, cuando los obreros de la empresa Pride International quedaron solos con la huelga, el gobierno no vaciló en descargar sobre ellos una dura represión junto a la burocracia sindical. Otro impacto duro es la continuación de los bloqueos en Gualeguaychú, donde los asambleístas, lejos de bajar los brazos han decidido marchar a Plaza de Mayo acompañados de numerosos movimientos ambientalistas. El fixture de la Plaza, para diciembre, tiene cartón lleno.

A todo esto hay que añadir el inédito fin del año escolar, con enormes huelgas docentes en varias provincias, más bien sublevaciones. En la provincia de Buenos Aires la lucha popular puede llevarse puesto al desahuciado gobernador local y a su ministra de Educación, que además de ‘progresista’ es para todo uso. En la Capital el movimiento anti-megatorres crece; hasta Moyano se vio obligado a propinar una paliza a su amigo de la Rosada, esto al no poder contener una enorme presión de los camioneros que trasportan productos químicos. No debemos pasar por alto la obstinada lucha de los trabajadores telefónicos de las tercerizadas y de los ‘call centers’, a pesar del vano intento del Ministerio de Trabajo de imponerles un ‘compás de espera’ de doce meses que fue aceptado por Foetra. Cuando ya cerraba esta edición, llegaba hasta las oficinas de Prensa Obrera el impacto de la movilización, en Córdoba, contra el aumento de la tarifa del agua, envenenada además por denuncias de coimas pagadas por el grupo Roggio, efectuadas por el mismísimo intendente de la ciudad capital.

Esta lucha sin cuartel, de un punto al otro del país, le achica los plazos y le acelera los ritmos al apetito de reelección oficial. De ella depende toda la ‘recuperación política’ que se fue armando a los tumbos desde 2002. ¿Puede acortar el plazo para llamar a elecciones?

4. La oposición, mientras tanto, sigue su danza de roscas y contubernios, sin intervenir ni incidir, ni un poquito, en esta crisis del frente oficial, de la política internacional, ni mucho menos de las luchas populares. Después de proclamar hasta el cansancio que primero era necesario el programa y después venía lo otro, Macri y Lavagna ya están repartiendo candidaturas con el asesoramiento indeseado de Alfonsín, las narices de Sobisch y la aparición de Morales, el nuevo jefe de ese espectro que es la UCR. Un síntoma patético de la inconsistencia de estos opositores es que por todos lados buscan curas que se animen a poner, si no el pecho al menos la ostia a un amontonamiento de derechistas y centro-derechistas. El único que conserva alguna ficción de principios es el lamentable López Murphy, que como no tiene nada exige ‘un programa liberal y la abolición de la patria contratista’. Esta oposición denunciaría un adelantamiento electoral como el equivalente a un golpe de Estado, y esta amenaza es probablemente un factor que desanima al gobierno a hacer el anuncio.

Por el lado centroizquierdista, las candidaturas y los apetitos florecen como hongos después de la lluvia, pero todos conducen a Kirchner. La venta de SanCor a Soros sacó a relucir el kirchnerismo de Binner y sus seguidores, que se juntaron con Bielsa, Rossi y el gobernador Obeid para reclamar que SanCor sea rematada en beneficio del grupo financiero kirchnerista Petersen, que comanda un ex Soros, Eduardo Eskenazi. Carlos Heller y Claudio Lozano no dejan de recordar nunca que ellos no están contra nadie y siempre a favor de todo. Al igual que la derecha, no se arriman a ninguna lucha popular; Carrió se juntó con Macri para condenar el piquete de Gualeguaychú. Hablando de Carrió, la ya candidata acaba de anunciar que quiere darle a su política una dimensión religiosa, lo cual la pone también a la búsqueda de algún cura disponible, sabiendo que esto no indispondrá para nada al socialista Binner. Lo que es más difícil es que logre que los socialistas la apoyen para presidenta a cambio del apoyo de ella a los socialistas para la gobernación de Santa Fe.

5. El cuadro que surge de este análisis muestra a un gobierno desorientado, que se encuentra en el medio del río entre una política de demagogia nacionalista y un reacomodamiento con el imperialismo; y a una situación económica que desarrolla contradicciones crecientes y se encuentra acosada por procesos internacionales que pueden desembocar en una crisis severa. A una oposición disgregada que no galvaniza ninguna tendencia popular, incluida a un centroizquierda que es incapaz de romper su cordón umbilical con el gobierno, y esto en mayor medida en cuanto el gobierno se derechiza. Más allá de lo que fantaseen las encuestas de opinión, el desarrollo de este cuadro político acentúa la descomposición del régimen político actual y plantea la tarea de una gran acumulación de fuerzas, de contenido obrero y socialista.

Esta conclusión es particularmente relevante para las organizaciones de izquierda y las tendencias sindicales que plantean ‘construir clasismo con alianzas con las burocracia’, porque esto en el plano político significa plantear alianzas electorales con el centroizquierda. Todo lo ocurrido con la escisión provocada en el Seminario de Izquierda, a mediados de año, y en las recientes elecciones en la CTA, para favorecer acuerdos con Yasky y De Gennaro apuntan en esa dirección. Es una vía sin salida.

Una política revolucionaria en el plano electoral, en las actuales condiciones, debe orientarse a expresar en el plano político el movimiento de lucha social, ambiental y obrera, y fusionar estrechamente la agitación electoral con intervenciones más agudas y audaces en la lucha general. Las elecciones no solamente deben oponer a los candidatos patronales una alternativa obrera y socialista; también deben servir para construirla. Llamamos a todos los luchadores y a las organizaciones donde ellos se encuentran a debatir, precisamente, esta alternativa obrera y socialista.