¿A donde vamos a parar esta noche?

Elemental, didacta, ceremonial; el hombre transita, trajina, lucha por enarbolar, ostentoso, la bandera del presente. El actuar sin remilgos en el escenario, la convicción impresa en sus ademanes camina, corre, duerme, come y grita ¡presente! Estar siempre alerta ante lo inminente hace desigual su forma de reaccionar siempre tan certera y directa.

Liberales sus amigos comparten el valor de la amistad y luchan contra las huestes del conservadurismo más rudo. Ganar para un liberal es una cima, la copula de un trabajo bien ejecutado.

Esta noche iremos al bar nos embriagaremos un poco hablaremos por hablar comeremos sin degustar para luego, efímeros, dormir sin sueños, pasar desapercibidos por el oscuro túnel. Es en la comodidad donde acunan los espíritus facilistas para dormitar a la espera del progreso que siempre llega, emerge, pasa, renace; las crisis son los síntomas del arraigo, la longevidad es un elemento vital en la evolución de los sistemas, la automatización otorga poder sobre los individuos y genera riqueza, entre vender; acaparar; comprar, existen sutiles diferencias que unos ven y otros no y, es por ello la confrontación en otro clásico debate. Hacer política es un ejercicio rutinario como todo lo transitorio, trabajar para el ser humano es practicar el decálogo de sus principios en horario de oficina; cada día, alguien, ofrece algún valor a cambio de monedas y es conservador y es liberal no importa la etiqueta.