¿En materia fiscal, ¿Es lo mismo depreciación que deducción de inversiones? Si, no y porque.?

Todos sabemos que un bien sufre una depreciación. Esto es porque, al igual que todas las cosas en este mundo, los bienes materiales también se desgastan y al hacerlo, ya no funcionan correctamente como lo hacían al principio. Este hecho ocasiona que su valor original se deteriore de la misma manera y al llegar al final de su vida útil, es decir, cuando queremos deshacernos de él, su valor ha disminuido notablemente, por lo que es necesario obtener recursos para la reposición de este bien y así conservar su capacidad operativa. La disminución de su valor, causada por los factores antes mencionados, se carga a un gasto llamado depreciación. Entonces, la depreciación indica el monto del costo o gasto, que corresponde a cada periodo fiscal. Se distribuye el costo total del activo a lo largo de su vida útil al asignar una parte del costo del activo a cada periodo fiscal. Como ya se especificó anteriormente, de conformidad con lo establecido en el artículo 41 de la Ley del ISR, las inversiones únicamente se podrán deducir mediante la aplicación en cada ejercicio, de los porcientos máximos autorizados por la Ley del ISR al monto original de la inversión.

El monto original de la inversión, comprende además del precio del bien, los impuestos efectivamente pagados con motivo de la adquisición o importación del mismo a excepción del IVA, así como las erogaciones por concepto de derechos, fletes, transportes, acarreos, seguros contra riesgos en la transportación, manejo, comisiones sobre compras y honorarios a agentes aduanales.